Vivir la Semana Santa en Mallorca

La celebración de la Semana Santa es una extraordinaria oportunidad para conocer una cara diferente de la Isla, en la que la religión y la gastronomía se llevan todo el protagonismo. Hay procesiones en muchas de las poblaciones de Mallorca (Inca, Sineu, Sóller, Bunyola, Calvià…) si bien las más numerosas son las que tienen lugar en Palma. Participan en ellas un gran número de cofradías, y son seguidas por mucho público en las calles de la ciudad, algo que es posible que este año incluso vaya a más porque tanto en 2021 como en 2020 no pudieron celebrarse por la pandemia. Todo esto, claro está, si la lluvia lo permite. 

La primera de las procesiones es la del Domingo de Ramos. Después, el lunes 11 de abril se celebran tres procesiones en Palma: la del Sant Crist de l’Agonia desde el Convento de Santa Clara (20.30); la del Sant Crist del Boters a las 21 horas; y a las 22 la Procesión de Nostra Senyora de la Esperança i la Pau desde la Basílica de Sant Francesc. El martes a las 21 horas desde la Iglesia de San Nicolás saldrá la procesión de la Virgen Dolorosa, y el miércoles a las 20.30 horas la procesión del Santo Cristo de Santa Creu y a las 21 horas la del Camino de Getsemaní desde la Iglesia del Sagrado Corazón. Ya el jueves a las 19 horas desde la Iglesia de la Anunciación saldrá una de las más tradicionales, como es la del Sant Crist de la Sang, y el viernes también a las 19 horas desde la Basílica de Sant Francesc saldrá la procesión del Sant Enterrament. 

Paralelamente a las celebraciones religiosas, hay una serie de tradiciones gastronómicas que en la Isla cobran una especial importancia, por su arraigo y peculiaridad. En Mallorca es habitual, durante la Pascua, acompañar las celebraciones con productos típicos de estas fechas como son las panades, los robiols y los crespells. Son delicias de receta ancestral y familiar, elaboradas con los productos más genuinos de la isla.

Las panades son pastas de masa sin levadura con forma cilíndrica y cerradas que pueden estar rellenas de carne de cordero o de cerdo, pero también de guisantes o de pescado. La masa se elabora con harina, manteca de cerdo y huevo, con ingredientes opcionales como zumo de naranja o aceite de oliva. En algunos hornos y hogares las elaboran también con pasta dulce, añadiendo azúcar a la masa.

Los robiols son piezas de masa fina elaborada con harina, aceite de oliva, manteca de cerdo y huevo. Tienen forma semicircular, están cubiertos de azúcar glas y presentan diversos rellenos: mermelada de fresa o de albaricoque, cabello de ángel, crema, requesón o chocolate. Probablemente estas pastas tengan un origen judío, puesto que en la cocina sefardí existen unos dulces muy similares llamados borekas.

Finalmente, los crespells son pastas secas elaboradas con harina, huevo, manteca de cerdo, aceite de oliva y azúcar —hay quien añade zumo o piel rallada de naranja o limón—. Los más típicos tienen forma de flor o de estrella.

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